Aca les mando actividades de Formación,
Ética y Ciudadana.
LES DEJO UN BESO.
Cualquier cosa me consultan.
Seño Michelle.
- Para reflexionar.
Los chicos también saben usar la escoba.
Autora: Eva María Rodríguez.
Esteban miraba con recelo el
suelo de su dormitorio. Estaba lleno de papeles y bolitas de plástico. El
envoltorio del juguete que le había regalado su tía Ana tenía la culpa. El
juguete era genial, pero con el envoltorio se lo había pasado genial. El
problema es que lo había dejado todo hecho un asco.
Esteban recogió todo lo que pudo
y lo tiró a la papelera. Pero no era suficiente. Así que fue a buscar a su
madre, a ver si le ayudaba.
-Coge la escoba y barre el suelo, Esteban -dijo mamá-. Ya
verás qué bien queda todo.
-Pero no sé barrer, mamá -dijo el niño-. No lo he hecho
nunca.
-Dicen por ahí que siempre tiene que haber una primera vez
para todo -dijo mamá-. Inténtalo. En cuanto acabe con esto voy a verte.
Esteban cogió la escoba y fue a
su cuarto. Se sentó en la cama y empezó a mirar la escoba.
-Esto es cosa de chicas -pensó Esteban. Y se quedó sentado,
observando la escoba.
Un rato después Esteban escuchó a
su madre
-¿Qué tal Esteban? ¿Has terminado? ¡Voy en un minuto!
Esteban se levantó dando un
respingo y empezó a mover la escoba. Enseguida llegó su madre, y le preguntó:
-¿Ya has descubierto cómo funciona la escoba?
-No, mamá -dijo Esteban-. Es que esto es cosa de chicas.
-¿Ah, sí? -dijo mamá-. Ponte los zapatos, que vamos a hacer
unas cuantas visitas ahora mismo.
No habían pasado ni cinco minutos
y ya estaban en la calle.
-Vamos a ir a visitar a unos cuantos amigos míos -dijo
mamá-. En su trabajo tienen que usar unos artefactos muy interesantes sin los
cuales no podrían cumplir con su misión.
Esteban conoció a mucha gente esa
tarde. Primero conoció a Felipe, un chico que trabajaba en una empresa de
limpieza limpiando oficinas. Felipe barría, fregaba y limpiaba el polvo. Lo
hacía con tanta gracia que parecía que bailaba.
Luego conoció a Juan, un
barrendero que, cuando creçía que no le veía nadie, cantaba coplas mientras barría
las calles.
Esteban también conoció Lucio, el
dueño de un pequeño bar en el que hacía de todo, incluido barrer y fregar el
suelo, para tenerlo todo limpio.
De vuelta a casa Esteban y su
madre pasaron por el taller de coches de Andrés. Y allí lo pillaron limpiando
el garaje, escoba en mano.
-¿Sigues pensando que barrer es cosa de chicas? -preguntó
mamá.
-Ya he visto que no. Ahora mismo agarro la escoba a ver qué
tal me va - dijo Esteban.
-Luego paso por tu habitación a ver qué te apañas -dijo
mamá.
-Gracias, mamá.
Esteban probó a barrer su
habitación con la escoba. Su madre fue por allí al cabo de un rato.
-No me ha quedado muy bien barrido el suelo, mamá -dijo
Esteban.
-No te preocupes -dijo mamá-. Al menos está mejor que
antes. Y eso es lo importante. Ven, que te voy a contar un par de trucos.
a. En la actualidad, en los hogares ¿hay tareas asgnadas que sean exclusivas de varones o de mujeres? ¿Por qué?
b. Ahora que estamos en cuarentena, ¿aprendiste a hacer alguna actividad hogareña (poner ropa a lavar, cocinar algo, hacer tu cama...)? ¿Cuál? ¿Te gustó hacerla?
c. Escribí qué opinás sobre realizar tareas de manera compartida. ¿Qué ventajas y desventajas le observás?
d. Con las escobas no solo se puede barrer, sino también jugar. Averiguá con los miembros de tu familia si conocen algún juego o investigá. Contá en qué consiste y si podés jugá con la escoba.
e. Dibujá el juego.

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